El personal de bar atiende con esmero y no manipula simultáneamente los alimentos y el dinero.
Con la finalidad de brindar comodidad a los estudiantes que consumen alimentos en horas de recreo se amplió el bar en otro espacio de la institución.
Sitio amplio. Doña Marujita Montesdeoca, propietaria del bar del colegio, se mostró satisfecha por el local que en años anteriores estaba abandonado y hoy se convierte en un sitio acogedor y confortable para los estudiantes y profesores del plantel. “Antes podíamos atender a cinco o seis personas sentadas, mientras que en la actualidad nos visitan más de treinta personas a degustar de la comida que preparamos”, aseveró.
La gastronomía. El bar ofrece productos frescos a precios bajos. La preparación de la comida está bajo estricto control sanitario y está destinado a cierto número de comensales. Mantiene la cadena de frío para los alimentos perecibles, así como tiene separados los productos en recipientes plásticos individualizados y con tapa, para evitar la contaminación de los preparados y posibles intoxicaciones en sus consumidores, son parte de las exigencias del acuerdo interministerial que rige el funcionamiento de los bares en todos los planteles.
Gran demanda. Doña Marujita , afirma no tener problema con las medidas del acuerdo; ya solo compra las raciones de productos perecibles necesarios para el día. “Las carnes para las hamburguesas o para platos se compra en el mismo día. Sabemos la demanda de 30 platos diarios y compramos solo eso”, explica la propietaria, quien agrega que si sobra comida se reparten entre las trabajadoras del bar.
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