Luis Enrique Vallejos
Hoy que estamos viviendo en una época impresionante de la tecnología de la información y comunicación sin embargo se evidencia una carencia en la comprensión lectora de los jóvenes estudiantes que indudablemente hace que nuestro país se ubique en la escala de las últimas naciones del planeta con bajo hábito de lectura.
Según datos del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc) de la Unesco, al Ecuador lo ubican como una de las naciones que lee poco y tiene una producción limitada de libros en comparación con otros países latinoamericanos. Cuenta con una cifra de lectura de 0,5 libros al año por persona, que equivale a medio libro por año, ubicándolo lejos de Chile y Argentina que registran un 5,4 y 4,6, respectivamente, de libros leídos al año por habitante.
Son lamentables estos datos que nos invitan a reflexionar profundamente que nos induce a buscar estrategias metodológicas en procurar de elevar el índice de hábitos de lectura en la población estudiantil y sobre todo en la niñez y de la juventud ecuatoriana. Es hora de poner en práctica algunas experiencias, tales como dedicar unos minutos a la lectura mientras viaja en el autobús o colectivo, un momento después de almorzar o 10 minutos antes de dormir. Incluso cuando estamos en la fila interminable para cobrar o depositar dinero en el banco, ahí debemos aprovechar la oportunidad de leer alguna obra de preferencia.
Otra de las recomendaciones, no importa si usted se demora en leer un artículo o libro el doble de horas o días que sus familiares o amigos. La velocidad en la lectura aumenta conforme las personas se ejercitan en esta costumbre. Si usted persevera, verá cómo después de algunas semanas leerá más rápidamente y con un alto nivel de comprensión.
Poner en práctica
Ningún libro, por muy costoso o promocionado que sea, tiene palabras mágicas o la fórmula perfecta para resolver una situación difícil. Usted todavía tiene la responsabilidad de salir adelante con sus conflictos. Lo más importante es que asuma la propiedad de su vida y los desafíos que encuentre a lo largo de ella. En su vida no la de los autores de los artículos o de los libros que lea. Así que lo que necesita es leer, entender y luego utilizar su nueva forma de entender lo que sucede a su alrededor para tomar mejores decisiones.
En definitiva, leer es un compromiso con su vida profesional y además se convierte en una hermosa herramienta para disfrutar estéticamente de la obra literaria. También con el hábito de la lectura mejora las condiciones intelectuales que animan de mejorar manera a desarrollar la comprensión, el análisis, la síntesis, la abstracción y la inferencia. En todo sentido la lectura convierte al individuo en ser humanamente sensible y creativo.
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